CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Las violaciones son un flegelo que padecen las mujeres sudáfricanas a diario. Y en ese sentido, un invento original ofrece una esperanza a 25 millones de féminas que temen ser víctimas de un ataque sexual. Se trata del “condón femenino con dientes”, oficialmente llamado Rape-aXe, que se está poniendo a prueba durante estos días en el país anfitrión del Mundial de fútbol, uno de los lugares con mayores índices de abusos sexuales del planeta, con medio millón de violaciones al año, según publica El Mundo de España.
La doctora sudafricana Sonnet Ehlers fue la encargada de llevar adelante el proyecto cuando hace 20 años atrás quedó horrorizada luego tratar a una paciente que acababa de ser violada.
"Era un cadáver que respiraba. Sus ojos estaban muertos", afirmó Ehlers, a quien se le quedó grabada la única frase que la mujer atacada consiguió pronunciar: "Si tuviera dientes ahí abajo...".
El afán de la doctora por ayudar a las mujeres que fueron víctimas de una relación sexual por la fuerza, se tradujo muchos años después en Rape-aXe (que en inglés significa violación-hacha), un pequeño artilugio que aparenta ser inofensivo, pero mordaz.
El preservativo “atrapa violadores” funciona de la siguiente manera: la vaina de látex se inserta en la vagina femenina de la misma forma que un tampón y, en caso de penetración, el pene queda atrapado gracias a dos ranuras interiores dentadas que causan un agudo dolor e imposibilitan que el miembro del ofensor pueda salir. El dolor sufrido por el agresor le da el margen a la víctima para escapar o pedir ayuda.
El violador, que mientras tenga el condón aferrado a su pene no podrá orinar y caminará con dificultad, sólo podrá desprenderse de la trampa con una pequeña cirugía, lo que le obligará a acudir a un centro médico para tratarse. Esto facilita su identificación y posterior detención.
Pese a las suposiciones preliminares, la doctora Ehlers aseguró que el aparato no causa heridas en la piel, por lo que no se desprenden fluidos que podrían transmitir enfermedades de transmisión sexual, ni provoca daños irreversibles. Sin embargo, si el agresor intenta quitarse el “condón con dientes” lo único que conseguirá es que el aparato se contraiga, acentuando significativamente el dolor.
El primer prototipo de Rape-aXe se lanzó en 2005 en la provincia sudafricana de Ciudad del Cabo y ahora se están distribuyendo gratuitamente 30.000 muestras en las sedes del Mundial, un evento cuya celebración desató muchos temores sobre su potencial para extender el virus del SIDA (un 20% de la población sudafricana infectada). El país, además, encabeza los peores rankings mundiales de violencia sexual (uno de cada cuatro sudafricanos ha cometido un delito sexual en algún momento de su vida, según el Consejo Médico de Investigación del país).
Tras el período inicial de prueba, Rape-aXe se pondrá a la venta en Sudáfrica a dos dólares la unidad, asegura la doctora Ehlers, quien tuvo que vender su casa y su coche para poner en marcha la producción del novedoso proyecto y quien, antes de darlo a conocer, llegó a pedir la opinión de ex convictos, quienes le aseguraron que el “condón con dientes” les quitaría sin duda las ganas.
La doctora sudafricana Sonnet Ehlers fue la encargada de llevar adelante el proyecto cuando hace 20 años atrás quedó horrorizada luego tratar a una paciente que acababa de ser violada.
"Era un cadáver que respiraba. Sus ojos estaban muertos", afirmó Ehlers, a quien se le quedó grabada la única frase que la mujer atacada consiguió pronunciar: "Si tuviera dientes ahí abajo...".
El afán de la doctora por ayudar a las mujeres que fueron víctimas de una relación sexual por la fuerza, se tradujo muchos años después en Rape-aXe (que en inglés significa violación-hacha), un pequeño artilugio que aparenta ser inofensivo, pero mordaz.
El preservativo “atrapa violadores” funciona de la siguiente manera: la vaina de látex se inserta en la vagina femenina de la misma forma que un tampón y, en caso de penetración, el pene queda atrapado gracias a dos ranuras interiores dentadas que causan un agudo dolor e imposibilitan que el miembro del ofensor pueda salir. El dolor sufrido por el agresor le da el margen a la víctima para escapar o pedir ayuda.
El violador, que mientras tenga el condón aferrado a su pene no podrá orinar y caminará con dificultad, sólo podrá desprenderse de la trampa con una pequeña cirugía, lo que le obligará a acudir a un centro médico para tratarse. Esto facilita su identificación y posterior detención.
Pese a las suposiciones preliminares, la doctora Ehlers aseguró que el aparato no causa heridas en la piel, por lo que no se desprenden fluidos que podrían transmitir enfermedades de transmisión sexual, ni provoca daños irreversibles. Sin embargo, si el agresor intenta quitarse el “condón con dientes” lo único que conseguirá es que el aparato se contraiga, acentuando significativamente el dolor.
El primer prototipo de Rape-aXe se lanzó en 2005 en la provincia sudafricana de Ciudad del Cabo y ahora se están distribuyendo gratuitamente 30.000 muestras en las sedes del Mundial, un evento cuya celebración desató muchos temores sobre su potencial para extender el virus del SIDA (un 20% de la población sudafricana infectada). El país, además, encabeza los peores rankings mundiales de violencia sexual (uno de cada cuatro sudafricanos ha cometido un delito sexual en algún momento de su vida, según el Consejo Médico de Investigación del país).
Tras el período inicial de prueba, Rape-aXe se pondrá a la venta en Sudáfrica a dos dólares la unidad, asegura la doctora Ehlers, quien tuvo que vender su casa y su coche para poner en marcha la producción del novedoso proyecto y quien, antes de darlo a conocer, llegó a pedir la opinión de ex convictos, quienes le aseguraron que el “condón con dientes” les quitaría sin duda las ganas.
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